sábado, 18 de junio de 2011

Nocturno

Estaba acostado y mis ojos cansado, eran las una y tenía prueba al otro día, con mucho desgaste mis ojos comenzaron a caer y yo simplemente me deje llevar rendido por la desesperación de no tener más tiempo para estudiar. Pues mis ojos no se cerraron y yo comencé a ver todo lo que pasaba a mi alrededor, no veía el tiempo de la señal sin transmisión en el televisor sino que duendes con mohicano que bailaban y se burlaban jocosamente, uno sacó un lazo y ahorcó a uno de sus amigos, era un indicio de que vendría mi homicidio. ¡Maldición! exclamé en mi interior porque no podía moverme, estaba inmóvil con el somnífero natural del cansancio así que tan sólo podía observar como el duende se acercaba para matarme, antes puso Satisfaction de DEVO para tener motivación e intentar estrangularme, posó sus manos sobre mi cuello una y otra vez hasta notar que era inútil, sus manos eran demasiado diminutas como para hacerme daño. ¡Rayos! esta vez exclamó el duende, se rindió. Se fue pero prometió que volvería y esta vez con un serrucho.

miércoles, 26 de enero de 2011

Zombie #4

Escapé de todo, de caníbales, de zombies, de hombres monos. Por fin me sentía libre en un barco viajando por el océano. Todo iba en su orden hasta que por debajo de una caja veo una laucha mirándome, exclamé asombrado"¡No mierda, tú no!" pero ya era tarde, me mordió. Ahora que era lo que me esperaba, todavía no lo sé pero gracias a esa laucha me ahorraré una cena.

Zombie #3

Fósil

Van cuatro años luego de la gran catástrofe y prácticamente ya no quedan cuerpos infectados. Yo soy un identificador de cuerpos, intento armar rompecabezas pero todo es muy difícil, a veces ni siquiera se lo que hago, me cuestiono, en especial porque quedamos menos de dos mil personas en toda Sudamérica. A veces pienso que es absurdo querer recordarlos, aunque queramos recordar lo que alguna vez fuimos no habrá a quien entregarle el cuerpo cuando lo reconozcamos y desde el comiezo esos cuerpos son un bulto sin identidad, sin historia, uno que otro tiene identificación pero de que vale si yo personalmente no los conozco. Es tan poco probable encontrar a un conocido como la de volver a ser lo que eramos antes. Aun cegado, engañado por mis contradicciones tengo la esperanza de ver a un cercano, pero como dije, sólo vivo entre contradicciones porque no dejo de recibir golpes por mi inconsciente cuando me refriega en la cara que ¡YO MATÉ A MI FAMILIA! Quiero ver a mamá, a mi hermano, a mi novia pero sé que ellos ya no están, desaparecieron entre palazos mientras intentaban atacarme, a veces los veo entre los bultos pero luego no veo más que sesos destrozados y ustedes me entenderán, la última imagen que tengo de mi familia es un cráneo reventado.

Da impotencia recordar que por muchos años fueron nuestros enemigos públicos y ahora que la masacre terminó ¡A TODOS SE LES OLVIDÓ QUE NOS INTENTARON COMER! Siguiré revisando cuerpos y no veré a nadie conocido, por favor, lo he mencionado muchas veces, ni siquiera son reconocibles, la gran mayoría tiene su cráneo reventado... Tengo que descansar, sí, eso mejor, iré a descansar.

Zombie #1

Un día con papá

Un día mi hijo me preguntó ¿Papá, puedo hablar? –Sí hijo, si puedes hablar
Luego insistió ¿Papá, puedo jugar? –Sí hijo, si puedes jugar
¿Papá, puedo cantar? –Si hijo, si puedes
¿Papá y si tengo tantas libertades, te puedo matar? –Si puedes. ¿Eso es lo que quieres hacer?
No papá, no quiero. –Entonces hijo, ¿por qué preguntas?
No te quiero ver más así papá. -¿Cómo así hijo?
No te quiero ver más como el hombre que mató a mamá. -Hijo, él mató a mamá porque era necesario.
Pero ese señor no eras tú. -Lo sé hijo, lo sé, pero si alguna vez te ataco como mamá atacó a ese señor...
Mamá te atacó papá. -¡Cállate! (Golpe)
Lo siento. -Escúchame bien, si algún día cambio y salto sobre ti no dudes en matarme, oíste.
Si papá, lo siento. -Está bien, ven, vamos a jugar.

Hace dos días con mi hijo discutimos, confundió las cosas, me disparo en el hombro y escapó, me quedé tendido en un árbol, sabía que en cualquier momento vendría un errante que intentaría devorarme así que resguardé lo más que pude mi exterior, no pude más, estaba herido y débil así que simplemente saqué la pistola y me puse a esperar. Para mi sorpresa cuando escuche los gritos característicos de un errante me di cuenta que era mi hijo, estaba vivo y venía con errantes encadenados, me dijo que los encontró, los quería curar para que el hombre que mató a su madre no hiciese lo mismo con ellos. Yo intenté abrazarlo pero estaba muy cansado, me desmayé y al despertar estaba en una cabaña, mi hijo encontró agua y los errantes estaban anclados en una esquina. Olvide por un momento que somos todos humanos y que mi hijo, como un buen chico, sólo siguió las ordenes.